Cuando veamos o presenciemos a una persona con estas características o síntomas, ayudemos a buscar una salida.
Los padres deben tener confianza y no caer en rigidez o enojo
No ridiculizar ni hacer bromas acerca de la forma de vestir o de la figura o del peso de otras personas.
Estar alerta de las actitudes y conductas de vuestros hijos y en caso
de detectar algún cambio, proceder con cautela y confianza hacia ellos,
para detectar el origen del mismo.
Procurar hacer comidas en familia, todos juntos para promover la
interacción familiar, dedicándole el tiempo suficiente en un ambiente
tranquilo y agradable.
Aprender a aceptar que nadie es perfecto y que todos cometemos errores.
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